Mar Chiquita, un humedal excepcional
La laguna Mar Chiquita, en el noreste de
la provincia de Córdoba, es el mayor lago de Argentina y el quinto lago salino
del mundo. Constituye un área de gran riqueza en biodiversidad y uno de los
atractivos turísticos mas importantes del centro de Argentina. Junto con los
Bañados del Río Dulce constituyen un humedal de grandes dimensiones (uno de los
mayores del mundo) y una nota muy singular del paisaje de la región pampeana
argentina.
Desde
el punto de vista geológico, Mar Chiquita es el colector final de una cuenca
sin salida al mar, alimentada por los ríos Primero y Segundo, provenientes de
las sierras de Córdoba, y por el río Dulce, que se origina en la sierra de
Aconquija en Tucumán. Al ser una cuenca cerrada el agua se pierde solamente en
forma de vapor que pasa a la atmósfera. Dado que el agua evaporada no lleva
minerales, las sales aportadas por los ríos tributarios se van acumulando a
través de miles de años, lo que explica el alto contenido de sales de Mar
Chiquita. Se originó hace unos treinta mil años por el levantamiento de una
falla geológica de dirección Norte-Sur (Falla Tostado-Selva-Melincué) que
levantó las costas Este y Sur, generando un gran dique natural que impidió el
drenaje de los ríos afluentes hacia el río Paraná, con quien se comunicaban
originalmente.
La superficie de Mar Chiquita ha
oscilado enormemente desde que se tienen datos. El nivel mas bajo conocido con
certeza corresponde al mapa catastral argentino publicado en 1891. La laguna
aparece con una superficie de unas 110.000 hectáreas, con medidas máximas de 75
km de Este a Oeste y 35 km de Sur a Norte. A partir de la década de 1970 un
aumento sostenido de las lluvias en toda la cuenca determinó que el nivel se
elevara en casi 10 metros, inundando parte de la población de Miramar. La mayor
superficie se alcanza en el año 2003, cuando las imágenes satelitarias indican
una superficie de alrededor de 700.000 hectáreas, con medidas máximas
aproximadas de 110 km de Este a Oeste y 95 km de Sur a Norte. En la actualidad
la superficie es de alrededor de 600.000 ha, pero debido a que la laguna tiene
costas con pendientes muy suaves, la superficie varia muy rápidamente con los
cambios de nivel. Estos datos se refieren a la laguna en sí, y no incluyen la
superficie ocupada por los bañados del río Dulce, que elevan el área protegida
a cerca de un millón de ha.
La salinidad del agua varía en función de la dilución
que implican los cambios de volumen, por lo que disminuyó de alrededor de 250
gramos por litro en la década de 1970 a 25 g/L en 2003 cuando alcanzó el máximo
nivel registrado.
Mar Chiquita es una depresión de muy poca profundidad
ubicada en medio de una llanura sedimentaria. La profundidad máxima con el
nivel actual (± 70 metros sobre el nivel del mar) se encuentra entre los 9 a 10
m. Debe tenerse en cuenta que esta profundidad se alcanza en áreas muy
reducidas debido a que la mayor parte de la laguna tiene profundidades mucho
menores, con grandes superficies donde la misma es menor a medio metro,
haciendo difícil la navegación.
Es posible que el aumento de nivel
experimentado a partir de la década de 1980 sea el resultado de los cambios
climáticos globales que se están registrando por efecto de la actividad humana,
y particularmente por el aumento del dioxido de carbono en la atmósfera.
Contribuye a esta idea el hecho de que fenómenos similares se han registrado en
otros cuerpos de agua de la región. No obstante, nadie puede asegurar que
en el futuro puedan registrarse nuevas variaciones de nivel. Riqueza en Biodiversidad

Las aves constituyen el grupo más diverso, abundante y vistoso. Entre las especies más atractivas están los flamencos, emblema de la laguna. Mar Chiquita tiene el privilegio de contar con tres de las seis especies de flamencos que hay en el mundo: el flamenco austral o chileno (Phoenicopterus chilensis) es el más común, habiéndose registrado hasta 100.000 ejemplares. Nidifica en grandes colonias en islas alejadas de la costa. El flamenco andino o parina grande (Phoenicoparrus andinus) y el flamenco de James o parina chica (Phoenicoparrus jamesi) son especies poco comunes que visitan la región en invierno, migrando desde las lagunas andinas de gran altura del norte de la Puna argentina, chilena y boliviana, donde se reproducen.

Importancia de Mar Chiquita
Los humedales como Mar Chiquita prestan servicios ecológicos fundamentales y regulan los regímenes hídricos y la biodiversidad, constituyendo un recurso de gran valor económico, científico y recreativo.
¡Mar Chiquita necesita protección!
El
tesoro natural que significa Mar Chiquita (Córdoba) debe ser usado con cuidado,
asegurando su permanencia para las generaciones futuras. La región ha sido
designada por la provincia de Córdoba como “Reserva de Uso Múltiple Bañados del
Río Dulce y Laguna de Mar Chiquita” en el año 1994. La autoridad de aplicación
es la Secretaría de Ambiente de la provincia de Córdoba, con guardaparques establecidos
en Miramar (03563-493934). Asimismo, la provincia de Santiago del Estero ha
declarado Reserva de Uso Múltiple a los bañados del Río Dulce. A nivel
internacional, Mar Chiquita ha sido declarada “Sitio de Valor Hemisférico” por
la Red Hemisférica
de Reservas para Aves Playeras,
organización no gubernamental internacional. Recientemente ha sido incorporada
a la red para la conservación de lagos del mundo Living
Lakes, con base en Alemania y en el año 2002
fue designada como Sitio
Ramsar. Finalmente, Mar Chiquita esta protegida
por la Convención sobre la Diversidad Biológica (Río de Janeiro,1992).
No obstante, este lugar excepcional se encuentra bajo algunas amenazas que causan preocupación. En primer lugar, existe el riesgo de que la extracción no controlada de agua para irrigación u otros propósitos en los ríos afluentes, y particularmente del río Dulce, pueda llegar a disminuir marcadamente o aun secar totalmente la laguna. Asimismo, la construcción de diques puede impedir la llegada de las inundaciones anuales a los bañados que mantienen los productivos pastizales, transformándolos en salinas improductivas y estériles. Aunque esto parezca difícil en periodos de aguas altas como el actual, debe recordarse que existen en el mundo antecedentes de esta amenaza. Uno muy conocido y dramático es el caso del Mar de Aral en Asia, el cual casi ha desaparecido en pocos años debido a proyectos de irrigación mal diseñados. El mismo problema esta afectando al Mar Muerto en Medio Oriente.
Otro problema preocupante es la contaminación creciente de los ríos por industrias y poblaciones que no tienen apropiados sistemas de tratamiento de efluentes y residuos sólidos.
No obstante, este lugar excepcional se encuentra bajo algunas amenazas que causan preocupación. En primer lugar, existe el riesgo de que la extracción no controlada de agua para irrigación u otros propósitos en los ríos afluentes, y particularmente del río Dulce, pueda llegar a disminuir marcadamente o aun secar totalmente la laguna. Asimismo, la construcción de diques puede impedir la llegada de las inundaciones anuales a los bañados que mantienen los productivos pastizales, transformándolos en salinas improductivas y estériles. Aunque esto parezca difícil en periodos de aguas altas como el actual, debe recordarse que existen en el mundo antecedentes de esta amenaza. Uno muy conocido y dramático es el caso del Mar de Aral en Asia, el cual casi ha desaparecido en pocos años debido a proyectos de irrigación mal diseñados. El mismo problema esta afectando al Mar Muerto en Medio Oriente.
Otro problema preocupante es la contaminación creciente de los ríos por industrias y poblaciones que no tienen apropiados sistemas de tratamiento de efluentes y residuos sólidos.
Finalmente, la caza y la pesca furtivas constituyen otra amenaza importante para la biodiversidad de la reserva.
¿Qué podemos hacer por Mar Chiquita?
En primer lugar, conocerla. Para
ello aprendamos a distinguir sus animales y sus plantas, y a apreciar su
inigualable belleza. En segundo término, cuidarla. Para ello se requiere
participar activamente en su protección, asegurándonos de que los
representantes y habitantes de las comunidades locales entiendan y consideren
el valor de Mar Chiquita para las generaciones actuales y las futuras.
Recordemos que Mar Chiquita no es nuestra, simplemente la pedimos prestada a
nuestros hijos y nietos.
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